top of page
respinosa

Cambio de mentalidad… clave para la iglesia misionera

Actualizado: 6 dic 2021


Por Roberto Espinosa


Una iglesia misionera no es una iglesia con un pizarrón de reportes y tarjetas de oración de misioneros en su entrada, ni una iglesia que lleva a cabo una conferencia de misiones anual. Aunque estas cosas son buenas para comunicar la importancia y para dirigir a la iglesia hacia la meta de ser una iglesia misionera, en realidad la iglesia llega a ser misionera cuando su mentalidad se ha transformado.


A continuación les comparto los rasgos de mentalidad transformada que usted necesita inculcar en su iglesia para que esta sea una iglesia misionera que marca una diferencia.

A diferencia de los miembros de iglesia que tienen dificultad para saludar a los nuevos que llegan a la iglesia, los que han sufrido una transformación en su forma de pensar quieren conocer a la gente que no es de su misma fe. Se quitan la pena y escogen las dificultades que conlleva conocer gente, aunque esta no piense igual que ellos. La transformación es parte de una mentalidad acorde con Lucas 10:1-11 donde, en lugar de estar quietos en nuestro lugar, pensamos en lo que significa salir a trabajar en conocer gente nueva que tiene la misma necesidad que nosotros de conocer a Dios a través del mensaje del Evangelio. ¡Hay mucho trabajo por delante! Esa es la mentalidad de la persona transformada con la perspectiva de que este trabajo no es para un rato o un día a la semana, sino que le instruye para ir cada vez más lejos a encontrar personas que tienen necesidad de Dios.

“Como ovejas en medio de lobos” es la frase que hace pensar a sus miembros que es una tarea difícil, pero también específica. Ir a conocer gente nueva sin esta mentalidad no conseguirá el mismo resultado, la mente renovada de un miembro de iglesia se concentra en vigilar en todas direcciones por los peligros y dudas que están asaltando las mentes de los inconversos y que les detienen de entregarse al único Dios vivo y a Su amor eterno.


Recientemente en nuestra iglesia se le obsequió a toda la membresía un folleto de edición especial, impreso en un papel especial y envuelto en un empaque transparente de celofán especial. Se le explicó a la membresía que este folleto especial podían usarlo para dárselo a alguna persona especial para hablarle de Cristo y que todos podían tomar uno o dos o los que quisieran. Observé que la mayoría tomó uno, como quien no quiere menospreciar un obsequio tan único. Sin embargo, hubo otros que pidieron más de uno, y otros que, al ver un montón, se quedaron un puñado. Estos últimos, pienso, no tenían en mente a una persona especial con quien compartir el evangelio, sino muchas. Este cambio de mentalidad de una a muchas, es lo que convierte a una iglesia que hace misiones, en una que es conocida por todas partes de tal manera que no hay que añadir nada, porque hace la diferencia por su mente transformada.

El cambio de mentalidad de la iglesia se puede observar..

El cambio de mentalidad de la iglesia se puede observar también cuando la creatividad toma su lugar en el evangelismo. ¿Por qué tener el mismo-único-monocromático folleto de siempre? Si es posible tener muchos y variados y con algún detalle distintivo que lo convierta en especial para la persona que lo va a recibir. ¿Por qué tocar puertas siempre en la misma ruta, si hay más de una? ¿Por qué entablar solo conversaciones puerta a puerta, si es posible hacerlo en la parada del camión con los que esperan su viaje o en el parque con los que están allí para disfrutar del aire libre? ¿O por qué empezar una conversación siempre de la misma manera, cuando podemos usar la Escritura desde casi cualquier punto?


Cuando estas preguntas, que son el proceso lógico de una mente creativa, comienzan a dar múltiples posibilidades para ampliar la manera de llegar a la gente, se puede decir que su iglesia está experimentando un cambio de mentalidad.

¡Habría que haber visto la cara de los apóstoles regresando de hacer las compras en un lugar poco amigable, solo para darse cuenta de que el Maestro está hablando de manera no convencional con la gente, es decir, rompió el esquema que tenían al hablar con una mujer y, para hacer eso, él comenzó pidiéndole agua.


Definitivamente necesitamos romper el esquema de presentación ensayada que hemos elegido por comodidad o conveniencia, para usar la creatividad. Al respecto, como me llegan cartas y reportes de muchas partes del mundo donde se evangeliza, puedo ver hermanos sirviendo tortas a los familiares cansados y hambrientos en los hospitales, solo para darles la oportunidad de abrir sus Biblias y compartir el mensaje precioso del evangelio a esas personas. He visto jóvenes subir al camión urbano y pagar su pasaje para predicar a los aburridos e incómodamente mal sentados pasajeros del bus. He visto hermanos ofreciendo consejería matrimonial al público necesitado para presentarles al Autor y Consumador de la fe. No quiero arrebatarme a pensar en lo no convencional, pero debo admitir que usar la creatividad es necesario y natural en la mente transformada de cada nuevo creyente y del que inspira, enseña y recuerda todas las cosas de Dios en este mundo.


¿Usted qué dice? ¿Cómo llamaríamos a la predicación de Felipe haciendo preguntas a pie tratando de seguir el ritmo de una carreta? ¡Por supuesto! ¡Predicación Cuestionativa Móvil en modalidad a pie! ¡Que convencional y uniforme cambio de mentalidad! la que experimentó Pedro al tener una visión para luego ser invitado a la casa de un gentil para predicar a Jesús resucitado, cosa que él mismo no acostumbraba hacer.

¿Cómo esperamos que de nuestra congregación se levanten hombres y mujeres para aprender nuevos idiomas y mudarse a países extraños y lejanos dejando todo lo conocido atrás, sin un cambio de mentalidad?

Si usted mismo no es un agente de cambio de mentalidad en su iglesia, creo que es difícil que su iglesia pueda hacer la diferencia. (Espero tener comentarios de esta declaración; déjeme saber su opinión.)

Un cambio de mentalidad es la que experimentó aquel pobre muchacho desalentado por su mala manera de vivir que, en un momento de lucidez, cambió de parecer, y dijo: “Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti…” (Lucas 15:18).

Las personas con mentalidad misionera escuchan la voz de Dios y obedecen cuando Él les dice que vayan al otro lado de la calle, a otro pueblo, estado o país para compartir de su amor redentor.



¿Quiere usted que su iglesia sea misionera y se levante para tomar su lugar en el establecimiento del reino en todas las naciones? Predique obediencia. “Y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre” (Romanos 1:5).

Cambio de mentalidad es sinónimo de pensamiento cambiado. Qué transformación tan inimaginable la que puede resultar de pasar tiempo a solas con Dios, un Dios cuyos pensamientos son mucho muy altos respecto de los nuestros como humanos. Por esta razón, leer las Escrituras y orar son el camino más transformador para la iglesia misionera. Cualquiera que sea el libro, tema o asunto en la Biblia, este nos transforma el pensamiento. Y hablar con Dios de los pensamientos que Él nos comunica en Su palabra escrita, ¿no será la forma de catalizar esta nueva forma de pensar? Si su iglesia no lee y no ora, no será misionera como la iglesia misionera que hace la diferencia.


Una mentalidad cambiada no es una cuestión académica. El cambio de mente se refleja en lo que hacemos. Cuando la iglesia cambia de mentalidad, también cambia de gustos, de pasatiempos, de lugares que frecuentaba. Al cambiar, su vista se enfoca en otras relaciones. Por eso, la iglesia de mentalidad renovada piensa en la separación, pero no solo para perfeccionar la santidad, sino para compartir esa nueva experiencia con otros. Por eso la iglesia con mente renovada se involucra en el discipulado de los nuevos creyentes, abre su casa para la oración en grupo y para la comunión con otros. Y cuando su casa le queda chica para meter más gente, envía misioneros al mundo entero para llenar la casa celestial de gente de todo pueblo, nación o lengua.


Suyo,


Roberto Espinosa

Editor de Enlace Misionero Internacional


52 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page