Por pastor Benjamín Frandsen
Iglesia Bautista Vida Nueva
Lewisville, Texas
¿Has considerado cuáles son las características que Jesucristo busca en una persona para que sea Su discípulo? Sin duda alguna Dios nos salva por Su gracia. Esto quiere decir que nosotros no merecemos la salvación basada en algún mérito, cualidad o logro personal (Efesios 2). De la misma forma, Dios no nos llama a servirle basado en nuestra habilidad. Como muchos han dicho, el principio bíblico es que “Dios no está buscando gente capaz, sino gente dispuesta”.
Pero ¿cómo se ve esta disposición? ¿Dispuestos a hacer qué?
Yo creo que el relato que encontramos en Marcos 1:16-20 nos ayuda a entender cómo eran los hombres que Dios llamó para que fuesen Sus discípulos. Hombres comunes y corrientes… pero dispuestos.
Los discípulos de Jesucristo eran hombres dispuestos a trabajar JUNTOS
Marcos 1:16 dice: “Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores”.
Estaban trabajando juntos. Estaban trabajando en equipo. Dos hermanos trabajando con el mismo propósito. No les importaba quién echaba la red más lejos. No había competencia. La meta de ellos era pescar la máxima cantidad de peces posible, y la forma más efectiva para hacerlo era que cada quien agarrase su esquina de la red y juntos, en equipo, echasen la red.
Lo mismo vemos en Marcos 1:19: “Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes”.
Jacobo y Juan trabajaban en equipo con el mismo propósito. Este propósito era alistar las redes para poder continuar pescando con máxima eficacia al siguiente día.
Yo creo que Jesucristo todavía está buscando discípulos dispuestos a trabajar juntos. Dispuestos a trabajar en equipo. Discípulos que no buscan su propia gloria. Discípulos felices simplemente de tener una parte en la obra de Dios. Discípulos dispuestos a agarrar su esquina de la red y pescar hombres, librándolos de las llamas del infierno.
La causa de Jesucristo es demasiado importante para competir y estar divididos cada quien en su propio lado de la barca haciendo su propia labor. ¿No entendemos que vamos a ser mejores pescadores si juntos echamos la red en lugar de alistar un solo anzuelo con su carnada? Deja tu caña solitaria y únete al equipo. Agarra tu esquina de la red. Juntos podemos hacer mucho más.
Los discípulos de Jesucristo eran hombres dispuestos a trabajar DURO
Marcos 1:17: “Y les dijo Jesús: Venid en pos de Mí, y haré que seáis pescadores de hombres”.
En este versículo encontramos a Jesús llamando a cuatro hombres a seguirle y ser Sus discípulos. Cuatro pescadores se convertirían en pescadores de hombres. Aunque no podemos estar seguros, es probable que siete de los doce apóstoles fueran pescadores, de manera que eran hombres acostumbrados a trabajar duro.
Pescar no era un pasatiempo para ellos. No estaban sentados a la sombra de un árbol junto a un río tranquilo con una caña en la mano, esperando que un pez viniera para despertarlos de su sueño. Para ellos la pesca era dura. Era trabajo. Algo que requería mucha paciencia. Algo que les dejaba cansados al final de cada día.
Seguramente los discípulos de Jesucristo eran hombres dispuestos a trabajar duro; hombres que no se desanimaban fácilmente. Esta disposición a trabajar duro ayudó mucho a los discípulos durante sus años de ministerio.
En Marcos capítulo 6, los discípulos trabajaron tan duro que ni siquiera tuvieron tiempo para comer (Marcos 6:31). Viendo a Sus discípulos cansados, Jesús les invitó a un lugar desierto a “descansar un poco”. Pero no hubo descanso. Cinco mil hombres, más mujeres y niños, comieron ese día. ¿Y quiénes fueron los que sirvieron a la multitud? Los mismos discípulos que tenían necesidad de descanso. Al final del día, Jesús los mandó a ir delante de Él a la otra ribera mientras que Él despedía a la gente, pero al cruzar el mar se encontraron con un viento contrario. Era cerca de la cuarta vigilia de la noche (3 AM) cuando Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Lo que más me impacta de esta historia es que después de haber remado durante alrededor de 8 horas, cuando Jesús vino para calmar la tormenta, encontró a Sus discípulos todavía remando.
El ministerio sigue siendo difícil. Se requieren hombres y mujeres dispuestos a trabajar duro, que sigan obedientes las instrucciones de nuestro Señor y que no se desanimen fácilmente a pesar del cansancio.
Creo con todo mi corazón que nuestro Señor está buscando discípulos dispuestos a trabajar duro, firmes, constantes y animados, como nos manda 1 Corintios 15:58: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”.
Los discípulos de Jesucristo eran hombres dispuestos a trabajar AHORA
Marcos 1:18 nos dice que al escuchar la voz del Señor Jesucristo llamándoles a ir en pos de Él, la respuesta de estos pescadores fue la siguiente: “Y dejando luego sus redes, le siguieron”.
La palabra “luego” aquí en español es la palabra εὐθέως (eutheōs) en el griego original. La palabra se usa 42 veces en el evangelio de Marcos y es un tema principal. Eutheōs significa de inmediato, directamente, pronto, al instante, al punto, en seguida.
Los discípulos no tuvieron que tomar tiempo para contemplar su llamado. No pidieron un día para pensarlo o un día para orar. Su respuesta y reacción mostró que eran hombres dispuestos a trabajar ahora.
Cuando yo servía como pastor de niños en la iglesia donde fui salvo, les contaba a los niños la historia de un niño llamada Kevin. Kevin tenía un problema con la obediencia. Cada vez que su mamá le pedía que hiciera algo, Kevin respondía de la misma forma: “¡¡¡Ahorita!!!” Para todo Kevin respondía: “¡¡¡Ahorita!!!” Un día su mamá le enseñó una valiosa lección: un día, mientras Kevin trepaba un árbol, justo cuando estaba en la punta más alta, escuchó el sonido del heladero que pasaba. Kevin le gritó a su mamá para que viniese y le ayudase a bajar del árbol rápidamente para poder comprar un helado. Pero la respuesta de su mamá fue la siguiente: “¡¡¡Ahorita!!!” Kevin no llegó a comprar su helado, pero aprendió una lección muy valiosa.
Muchos cristianos nunca llegan a ser discípulos de Cristo porque siempre están diciendo: “¡¡¡Ahorita!!!” al Señor. Queremos que el Señor venga corriendo para ayudarnos en el momento de nuestra necesidad, pero cuando Dios nos llama, ¿cómo respondemos? “Cuando termine la escuela Te serviré”; “cuando me case, Te serviré”; “cuando tenga hijos, Te serviré”; “cuando mis hijos sean mayores, Te serviré”; “cuando tenga mejor situación económica, Te serviré”. Siempre hay una excusa por la cual hacemos que el Señor espere.
Pero Dios está buscando hombres y mujeres dispuestos a trabajar ahora. Hay trabajo por hacer ahora. Hay iglesias que se necesitan empezar ahora. Hay campos misioneros donde se necesita a alguien que les predique ahora. Hay amigos y familiares que necesitan el evangelio de Jesucristo ahora. Que Dios nos ayude a estar dispuestos a trabajar ahora.
Los discípulos de Jesucristo eran hombres dispuestos a trabajar SACRIFICIALMENTE
Sí hay un precio que debemos estar dispuestos a pagar para ser discípulos de Jesucristo; un precio para hacer la voluntad del Señor.
Marcos 1:20 nos dice: “Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron”.
¿Qué fue exactamente lo que Jacobo y Juan dejaron cuando tomaron la decisión de seguir a Jesucristo?
Primero, su familia. Es un sacrificio que estuvieron dispuestos a hacer para ser discípulos de Cristo. En Lucas 14:26, Jesucristo dijo a la multitud: “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo”.
Es una bendición muy grande cuando uno puede servir al Señor junto a su familia. Servir con la bendición de su familia. Servir en el mismo país, estado, y aun en la misma ciudad con su familia. Pero no siempre es así.
Si servir al Señor significa ir a un lugar lejos de tu familia, ¿estarías dispuesto? Si poner a Jesucristo como prioridad en tu vida significa que tu familia ya no quiera nada contigo, ¿estarías dispuesto? Si estar en la voluntad del Señor significa poner a tu familia en riesgo y peligro constante, ¿estarías dispuesto?
Pero Jacobo y Juan dejaron más que su familia. El hecho de que su padre tuviera jornaleros significa que era un hombre exitoso. No cualquier pescador podía contratar trabajadores además de sus dos hijos. Es muy posible que un día los hijos heredarían el negocio de su padre. Posiblemente ya eran propietarios en esta empresa. Pero estuvieron dispuestos a dejar todo para seguir a Jesús y ser Sus discípulos.
En el sermón del monte Jesús nos advierte de no hacer tesoros aquí en la tierra. Mateo 6:21 dice: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
El joven rico se fue triste porque no quiso dejar sus riquezas para poder ser un discípulo de Jesucristo. No entendía que Jesús ofrecía mucho más de lo que este mundo puede ofrecer.
Una cosa que yo creo con todo mi corazón es que todas las riquezas que este mundo ofrece no se pueden comparar con lo que nos espera en el cielo. Pablo dice lo mismo en Romanos 8:18: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.
Yo doy gracias a Dios por los hombres y mujeres dispuestos a trabajar sacrificialmente.
Pido al Señor que me ayude de la misma forma a seguir el ejemplo que vemos en la vida de los discípulos.
Hombres dispuestos:
Dispuestos a trabajar JUNTOS
Dispuestos a trabajar DURO
Dispuestos a trabajar AHORA
Dispuestos a trabajar SACRIFICIALMENTE
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