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Foto del escritorRoberto Espinosa

Las tres maneras de demostrar generosidad en misiones: Dar tiempo, dar gente, y dar dinero

Al leer un artículo sobre la generosidad de las iglesias que envían misioneros, surgieron algunas ideas que de tiempo atrás he considerado como necesarias y benéficas para la iglesia y para los enviados. Les escribo mis reflexiones sobre este tema, con la colaboración del misionero Octavio Gómez en Australia, quien es un buen amigo y respeto mucho.

Cuando hablamos de generosidad, normalmente discutimos sobre la indiscutible relevancia del dinero. Sin embargo, hay otras maneras en que las iglesias enviadoras deben ser generosas también, hablemos sobre tres maneras de demostrar la generosidad en misiones.


1. Las iglesias enviadoras deben ser generosas con su tiempo.


Antes que una iglesia envía a un misionero, esta debe invertir un tiempo considerable conociendo a estas personas. Para ponerlo simple, practicar la hospitalidad con ellos es importante para fortalecer y confirmar la salida de un misionero, su relación con la iglesia enviadora es importante.

Ningún misionero debe querer salir lo antes posible con la idea contraria, habiendo falta de comunicación con la iglesia. Además de primera mano la iglesia es animada a enviar y dar cuando ha invertido en una relación con los envidos más que cuando estos son personas fuera de su círculo de fraternidad. Los lazos fraternales son un sostén para las almas de los misioneros cuando enfrentan la soledad y el proceso de adaptación en sus comienzos como extranjeros en una tierra lejana y distinta.

Por esto es necesario que las autoridades de las iglesias y la membresía invierta tiempo de hospitalidad con los enviados, he aquí algunas ideas básicas:

  • Encuentre maneras de formar un vínculo más cercano con los enviados. Reciba a los enviados en su casa y anime a otros a hacer lo mismo, promoviendo el tiempo para preguntar y entender el fervor de los enviados por su comisión.

  • Considere tener reuniones con ellos para comentar sobre tópicos de la escritura enfocados sobre misiones, donde otros miembros de la iglesia estén involucrados.

  • Considere incluir a los enviados en reuniones con los pastores en tanto que sea posible, este tiempo invertido en ellos puede que no tenga solo un efecto silencioso en una reunión de negocios de la iglesia. Pero es una inversión que enseñará y preparará a los enviados para hacer sus propias decisiones y para tratar asuntos a otro nivel.

  • Invierta tiempo en las parejas casadas con hijos junto con la suya, al igual que con los enviados que son solteros o solteras.

  • Considere una reunión de despedida. Esto es como un sello de compromiso de los que envían con los enviados. Debe haber un hito en las memorias de ambas partes.

  • Al estar en el campo misionero, los enviados invierten responsablemente tiempo en reportar sus avances y situaciones de vida personal que están involucrados con su ministerio.

  • Anime a la iglesia en invertir tiempo y recursos para responder a las cartas de los misioneros. Qué alivio para los que están lejos de su iglesia y familiares recibir noticias y saludos personales de aquellos que son su soporte en oraciones y ofrendas, y TIEMPO.

  • El pastor principal de la iglesia enviadora debería considerar tener comunicación directa con el misionero que está siendo enviado por lo menos una vez al mes, para estar al tanto de las situaciones que enfrenta esta familia en el día a día en el campo misionero y dar consejo sabio y juntos caminar esta senda desconocida para ambos pero que como padre e hijo espiritual, junto con el Espíritu Santo recorrer este camino.


2. Las iglesias enviadoras deben ser generosas con su gente.


Aquí tienen la aplicación más importante de esta idea: ¡Esté dispuesto a dar la más preparada y productiva gente de su iglesia!

Recuerda usted que en la iglesia de Antioquia había 5 hombres que daban el soporte al ministerio de la iglesia, y de cómo el Espíritu Santo aparto a dos de estos para el ministerio de Evangelismo Mundial. Después de ayunar y orar, la iglesia dio a dos de sus mejores hombres al mundo entero.

Teniendo diferentes ministerios y dones en la iglesia es el diseño del Espíritu Santo, más la voluntad de entregar los mejores para ser enviados a otro lugar y ser de bendición es la respuesta generosa de una iglesia que ama a Dios y al mundo. Así las iglesias hoy deben estar dispuestos a dar generosamente de su riqueza espiritual en dones y ministerios. Por supuesto que estos hombre y mujeres hacen falta en las iglesias que los dan. Pero, así como el Espíritu Santo dio en un inicio, él es abundante para dar más, en la iglesia local que da y en la iglesia nueva que recibe.

Cuando su iglesia envía misioneros, debe sentirse que estos ya no están. Porque justamente este vacío es un estímulo para que otros que, usando sus dones, entran en el vacío que queda para cumplir así el propósito con el que el Espíritu los ha llamado y dotado. Una iglesia que da, y también recibe... es una iglesia no solo generosa, sino también rica.


"Anime a la iglesia en invertir tiempo y recursos para responder a las cartas de los misioneros"

3. Las iglesias enviadoras deben ser generosas con el dinero que envían.


He estado en conferencias misioneras y los pastores animan a las iglesias a dar y dar con abundancia. Sin embargo, creo que esta exhortación es mejor lograda cuando va acompañada de consideraciones prácticas sobre dar con abundancia.

Hablando entonces de conveniencia, por lo general un misionero invierte mucho tiempo y consumo de recursos para poder levantar soporte. Viaja y visita y más visitas cada semana con toda su familia. Cuando el campo misionero está vacío y en espera. Este retraso y consumo de recursos sin resultados se acorta cuando la iglesia dota a un misionero para hacer el viaje, instalarse y comenzar de inmediato la tarea encomendada.

Primero, si una iglesia manda a lo mejor de sus hombres y mujeres al campo misionero, personas en quienes por un largo plazo ha invertido, por supuesto que hace sentido que la iglesia también se comprometa con una cantidad substancial de dinero. Es el principio de Dar y Recibir.

Cuando la iglesia es pequeña y el presupuesto tiene limitantes, puede encontrar maneras creativas para ser financieramente generosa. Por ejemplo, los pastores pueden llamar a otros pastores de área e invitarlos a ser co-participantes del soporte de sus enviados. Las iglesias enviadoras deben trabajar en conjunto para lograr más. La idea es hacer equipo con otras iglesias que piensan de igual forma.

"Así las iglesias hoy deben estar dispuestos a dar generosamente de su riqueza espiritual en dones y ministerios"

Las iglesias enviadoras deben ser conscientes que los misioneros que envían enfrentan situaciones cambiantes, desafiantes, abrumadoras y si eso no es todo, trate de hacer todo ello con un presupuesto por debajo de lo necesario. Esto es lo que en muchas ocasiones a causado la corta duración de misioneros en el extranjero, y los a apresurado a regresar.

También las iglesias enviadoras deben ser conscientes que las condiciones financieras de un misionero en su comienzo no son constantes sino crecientes con el paso del tiempo. La inflación, por ejemplo, a la que todos estamos sujetos en el ámbito económico, también los alcanza a ellos y a veces en lugares donde aceleradamente el dinero pierde su poder adquisitivo, o donde los aranceles de conversión de moneda son abusivos para el que necesita cambiar su moneda extranjera en una moneda local. Y, por último, las necesidades imprevistas hacen necesario que haya siempre un presupuesto guardado para tales ocasiones.

Estos aspectos de economía exigen que pensemos de una manera abundante y no ajustada.

Considerando también que la abundancia para suplir debe ser sostenida, pues qué pasa cuando desafortunadamente un misionero pierde el soporte en parte porque un donador ha dejado la tarea de suplir. La iglesia enviadora debe considerar suplir esta necesidad, y no dejar a un obrero ajustado con menos que lo necesario.



Este tema tiene muchos otros aspectos que no están mencionados aquí, me gustaría recibir sus comentarios e ideas, lo animo a escribirme a contacto@enlacemisionero.org

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