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Foto del escritorRoberto Espinosa

Misiones: una obra con propósito

Por misionero Juan Álvarez


Tres áreas en las cuales debemos tener determinación firme, así como un objetivo claro a alcanzar.


Según el diccionario, propósito es una determinación firme de hacer algo; también es un objetivo que se pretende alcanzar. No cabe duda de que el deber que nos dejó nuestro Señor Jesucristo antes de ascender al lado del Padre de ser Sus testigos debería ser un firme propósito en el corazón de cada iglesia. Si entendemos que la iglesia está constituida por los miembros de la misma, llevar el Evangelio a toda criatura debe constituir una convicción firme e inamovible en cada seguidor verdadero de Cristo, por lo tanto podemos decir que cada cristiano debe tener la determinación de hacer algo para cumplir con la gran comisión y que debe ser un objetivo prioritario en su vida.

Vamos a ver 3 ocasiones en las que las Escrituras exhortan a diferentes personas a tener propósito en sus vidas, y vamos a aplicar esta enseñanza al tema que estamos tratando en este artículo: cómo ser una iglesia o un discípulo cuyo propósito y objetivo es cumplir con la gran comisión.


1. En el libro de los Hechos 11:21-23, se nos narra que la mano del Señor estaba con Sus siervos y que gran número creyó y se convirtió al Señor. Cuando estas noticias llegaron a Jerusalén, decidieron enviar a Bernabé para que fuera a Antioquía a ver qué estaba ocurriendo. Cuando Bernabé llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó y exhortó a todos a que con “propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor”. Una de las cosas que deben estar presentes en la vida del creyente y en la iglesia del Señor es la fidelidad. Nada se podrá hacer ni alcanzar si no somos fieles haciendo aquello que nos ha mandado nuestro Señor. No es cuestión de ganas ni es asunto de circunstancias. ¡Es la voluntad de Dios que las buenas noticias sobre Su amor y la redención que hay en Cristo sean escuchadas por todo el mundo! Los hermanos que se encontró Bernabé estaban gozosos; lo que Dios estaba haciendo en Antioquía era sobrenatural y las noticias de lo que estaba pasando ahí se extendieron y fueron un impacto poderoso. Pero esto era solo una consecuencia, una prueba de que, cuando somos fieles, el Señor obra grandes cosas, cosas grandes y ocultas que no conocemos. Así que la primera exhortación es: sé fiel haciendo lo que sabes que es la voluntad de Dios. Sea apoyando misiones desde tu iglesia o sea yendo al campo misionero, ¡sigue fiel!


2. En la Segunda Epístola a los Tesalonicenses encontramos el siguiente ingrediente. La iglesia en Tesalónica sufría persecución y era una iglesia atribulada. El apóstol Pablo les deja saber que oraba por ellos, pidiendo que el Señor les tuviera por dignos y que cumpliera todo Su propósito de bondad y toda obra de fe con Su poder. ¡Qué palabras tan hermosas! “Seguid fieles y adelante, mis hermanos. Dios conoce vuestras tribulaciones, mas Él está cumpliendo un propósito en vuestras vidas, un propósito de bondad y fe con Su poder”.

La segunda característica que debe estar presente en la vida del creyente e iglesia que va a cumplir con el propósito de llevar el Evangelio a toda criatura debe ser la fe, la confianza de que para Dios no hay nada imposible. Una iglesia que confía en las fieles promesas de Dios será de impacto a todo el mundo. Mi padre espiritual, el Dr. Mike Patterson, siempre desafiaba a nuestra iglesia a hacer grandes cosas por la obra misionera. Nos hacía mirar más allá de nuestras limitaciones y dificultades. Fue así como la Iglesia Bautista Monte Abarim llegó a ser conocida en muchas partes como una iglesia que, sin ser rica, daba grandes pruebas de amor y generosidad a la obra misionera. ¡Cuántos hermosos recuerdos vienen a mi memoria! ¡Qué gozo era ser parte de una iglesia que estaba dispuesta a creer y a ver cumplirse las fieles promesas de Dios! Si vamos a hacer algo y a alcanzar nuestro objetivo, es esencial la fe y confianza en las fieles promesas de Dios. Créanme, hay pocas cosas que son más poderosas y de gran impacto para el mundo que ver al Señor obrar grandes milagros.


3. Y para terminar, la tercera característica que debe estar presente en la vida del discípulo de Cristo y de Su iglesia para tener una determinación firme y así alcanzar el objetivo de llevar el mensaje del Evangelio a toda criatura la encontramos en 2 Timoteo 1. El apóstol Pablo exhorta a Timoteo, recordándole primeramente que oraba por él y cuánto deseaba verle al recordar sus lágrimas. La fe de Timoteo no era una fe fingida; era una fe que vio en su madre y en su abuela y que el apóstol Pablo estaba seguro que estaba presente en Timoteo. Luego le dirige unas importantes palabras: Timoteo, aviva el fuego del don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos. Timoteo, Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio, así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor. Finalmente le dice lo siguiente: “Quien nos salvó y nos llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo…”.

Yo creo que el privilegio más grande que podemos tener como hijos de Dios es la invitación que Él nos hace para colaborar con Él en Su obra, pero hay algo muy importante que debemos tener en cuenta y nunca olvidar: Sin santidad no seremos testigos del poder de Dios. Muchas cosas pueden ser hechas en nuestro poder y capacidad: podemos exponer las Escrituras, vivir “cristianamente” o hasta dar el Evangelio sin estar necesariamente llenos del Espíritu Santo. ¡Pero qué diferencia habrá cuando dejamos que el Espíritu Santo nos llene y obre lo que solo Él puede obrar! Así es, mis hermanos en Cristo, es grande el privilegio que tenemos de ser llamados por el Señor para colaborar en Su viña, pero qué imprescindible es que seamos instrumentos santos, útiles en las manos de Dios para que podamos ver cumplidos Sus propósitos en nosotros y a través de nosotros.


Estas son tres cosas que debemos tener en cuenta para que nuestra labor en cuanto a la obra misionera se vea cumplida y para que alcancemos el objetivo:

Fidelidad
Fe
Santidad

Que nuestro Señor nos ayude como iglesias y como seguidores de Cristo a entender que Dios tiene un propósito, un objetivo que debemos alcanzar, y que debemos estar determinados a llevar a cabo nuestra parte para que sea hecha la perfecta voluntad de nuestro amado Padre Celestial.



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